Manuel Area Moreira, Universidad de La Laguna, España
Comentario:
De las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, TIC´S, el Internet es el que más aportes ha dado a los cambios y transformaciones en la academia. Es algo lógico, porque también es la tecnología que más ha revolucionado y hecho transformaciones en los sistemas globales, de forma que ha consolidado el hecho de dejar atrás la era industrial y pasar a la era tecnológica.
Son indiscutibles los valores dados por Internet sobre la base de extender la comunicación a todos los confines del mundo, es decir, acortar las distancias y los tiempos al conocimiento y la información; la apertura y facilidades hacia la propia búsqueda del conocimiento, permitiendo la construcción de los saberes, la rotura del monopolio de los mismos y el intercambio necesario de información hacia todos los demás ciudadanos del planeta. Este permite desarrollar y fomentar el juicio crítico, el análisis, la reflexión y posteriormente el planteamiento constante de nuevas hipótesis y nuevas teorías que ayudan al desarrollo de todas las ciencias, las técnicas, los métodos,… en fin todos los sucesos. Internet permite además ser autónomo, flexibilizando y adaptando horarios, modos, modelos, formas, métodos, facilitando la interacción constante y por tanto garantiza la colaboración entre las partes.
Sin embargo, estos mismos hechos tienen “efectos secundarios” muchas veces no deseados por los involucrados en la mecánica educativa que deben ser objetos de estudio y evaluación al momento de ir creciendo y desarrollando esta tecnología en la academia. El mismo hecho de la introducción del cambio y la transformación de los sistemas académicos, propician que la academia genere otros espacios, otros métodos, nuevas herramientas y estrategias educativas, que le permitan responder airosamente al hecho de Internet en los sistemas educativos. Hablamos por ejemplo de que si bien es cierto que la apertura al conocimiento es muy grande y vasta, esa misma apertura al conocimiento hace que no existan registros y controles adecuados al hecho inédito, al acomodamiento a lo que existe, o bien al uso inadecuado de la información. Si anteriormente se daban casos y existían riesgos ahora se incrementan esos riesgos.
Por otro lado debe trabajarse también el nuevo rol del profesor, tanto en el aula real como en el aula virtual, donde el desempeño educativo puede verse afectado por el hecho del estado de transformación constante que sufrimos. Debemos pensar en las características de ese docente nuevo que sería sólo una guía, un facilitador y/ o referencia principal de esa nueva academia.
Tal es el caso también de los parámetros y los nuevos métodos a emplear en las universidades virtuales donde no predominan los textos, la memorización, las cátedras magistrales como componentes educativos, como serían los casos de las Artes, la Arquitectura, el Diseño Industrial, etc. Disciplinas en las que lo pragmático, la praxis, exigen formas de comunicación y expresión más tangibles, tridimensionales y perceptuales. En estas, pienso que hasta la fecha sólo podrían trabajarse hasta los primeros tres niveles de integración, pues el componente “real” es todavía muy relevante para los fines didácticos. Sólo después que se pasan los grados, para los postgrados y las maestrías podría llegarse al nivel 4.
Internet adecuadamente utilizado como herramienta didáctica es un potencial extraordinario, extenso, hasta pudiera decirse,… infinito,… Sólo se necesita que los actores involucrados en el proceso enseñanza aprendizaje proyecten y visualicen sus fortalezas y oportunidades en el futuro mediato e inmediato para trabajar las estrategias de uso e implementación de manera asertiva, estableciendo los sistemas y los controles necesarios a este nuevo panorama tecnológico que prácticamente implica un cambio de paradigma en la educación.
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